Son las 10.35 am del día 17 de mayo y estamos en el Sagrado Corazón esperando para encontrarnos con Jorge, empleado y afiliado de comercio desde hace 25 años. ¡Llegó el momento! Pasaron sólo 10 días desde la operación, ya está casi todo listo…solo quedan los últimos chequeos de rutina para recibir el alta. Su pareja, su hermana y sus hijos lo esperan para volver a casa.
 

“Soy de la Provincia de Entre Ríos, y llegué a Buenos Aires cuando tenía 18 años. En ese momento conseguí trabajo en Disco (Cencosud), en el local de Retiro, donde estuve 13 años, y luego pasé a la sucursal de Rodríguez Peña en donde trabajo desde hace 12 años.

En el 2011 comencé a hacerme estudios en el “Sagrado Corazón”, porque empecé a sentirme mal y el diagnóstico me dio que tenía una “insuficiencia cardíaca”. Estuve 8 días internado, donde los médicos logran compensarme. Fue el 3 de abril de 2019, luego de haber pasado por tres recaídas (fines de 2017, mediados de 2018 y febrero de 2019), que quedé internado definitivamente para comenzar con todos los estudios y trámites para realizar el trasplante; ya no era opción, era una necesidad.

La espera fue dura, y eso que dentro de todo no fue tan larga, sólo un mes y medio. Siempre con mucha fe, rogando a Dios. Trataba de estar lo más tranquilo posible, pero uno siempre se desespera...pero cuesta, la verdad que cuesta. Hasta el último día, en el que me dijeron “Jorge, está tu corazón”.

¿Y cómo fue ese día?

“Yo estaba internado. Justo ese día me había levantado un poco mal, entonces estaba hablando con la psicóloga. A la media hora de charlar con ella, llega uno de los doctores y me dice: “Jorge, mirá que hay una posibilidad. Es un órgano que está en La Plata”. Me quedé tranquilo, fueron pasando las horas, me prepararon y a eso de las 19 hrs. me dijeron “Bueno, vas a quirófano” y ese momento fue una alegría total. Entre nervios, miedo, y todo junto… fue una emoción muy grande. Lo primero que pensé fue en despertar al día siguiente.”

¿Qué te gustaría decirle al equipo médico que te atendió?

“Uff...¿Qué no les diría? Porque la verdad que la experiencia que tienen esos médicos…(con lágrimas en los ojos), la calidad que tuvieron ellos conmigo, no s e cómo explicarlo. Todo el grupo, desde los cirujanos que son una eminencia hasta las enfermeras, y todo el personal de la Obra Social.

Estoy muy agradecido. La Obra Social que tenemos los empleados de comercio es muy importante, nunca me faltó nada, la calidad es perfecta, no tiene nada que envidiarle a ninguna prepaga. Es muy serio lo que se hizo, espero que otra gente tenga conciencia de lo que tenemos, hay que valorarlo, es un orgullo, y es todo gracias a nuestro Secretario General.

Hoy por hoy tengo la suerte de poder contar mi historia. Tengo otra posibilidad, y se los voy a agradecer toda mi vida.”


¿Y qué podés decir de tu familia?

“Ellos me acompañó en todo momento. Rosana, mi pareja, estuvo todo el tiempo a mi lado. Mis hijos, mis familiares que vinieron de Entre Ríos, mi hermana, mi madre, mis tíos...estuvieron todo el tiempo presentes, junto con mis compañeros de trabajo y del sindicato, que me llamaban para alentarme y darme fuerzas para seguir.”


¿Cómo sigue ahora tu vida?

“Cumpliendo al pie de la letra todo lo que me digan los médicos. Con los tratamientos como corresponde y con mejor calidad de vida que la que tenía antes. Es como un volver a nacer. Yo cumplo el 1 de septiembre, pero ahora tengo otro cumpleaños más, el 7 de mayo.”


 

Dra. Vanesa Gregorietti

Subjefa del equipo de Trasplante Cardíaco del Sagrado Corazón. Pertenece al Servicio de Procesos Cardiológicos que lidera el Dr. Coronel. Directora de Trasplante Cardíaco de la Comisión Asesora del programa del “INCUCAI”. Formada en “Fundación Favaloro” y especializada en trasplante de adultos. Vivió en Stamford donde se especializó en trasplante cardiaco, y en su vuelta a la Argentina llevó adelante la apertura del servicio de trasplante en un hospital público.


“Comencé a trabajar en el ‘Sagrado Corazón’ hace un año, convocada por el Dr. Roberto Coronel, con quien trabajé en ‘Favaloro’. Cuando surge esta posibilidad de pensar en trasplante cardíaco en el ‘Sagrado’, la verdad es que yo tenía muchos prejuicios con lo sindical. Pero cuando empecé a conocer los quirófanos, la unidad coronaria y vi cómo trabajaban me quedé encantada con el lugar. Le dije a Roberto  '¡Sí, se puede hacer!', a lo que él me respondió: 'Sí, ya sabía. Es un proyecto en el que venimos pensando hace algunos años'. Y así empezamos...
Jorge se encontraba en la fase terminal de la insuficiencia cardíaca por lo que lo colocamos en “Emergencia Nacional de Trasplante”. De hecho, en algún momento, estuvo con asistencia circulatoria con un balón de contrapulsación, que se llama comunmente como 'corazón artificial'.  
El día que llegó el corazón estábamos acá, y vino después de analizar varios órganos que no eran compatibles y no fueron aceptados. Le avisamos al paciente y a eso de las 20:30 hs. comenzamos con la cirugía y terminamos a las dos de la mañana. 
Jorge tuvo una recuperación muy buena y la operación no tuvo preocupaciones mayores, no tuvo rechazo. Estuvo más días esperando el órgano, que recuperándose de su trasplante. Fue todo mucho mejor de lo esperado. Es un procedimiento de altísimo riesgo y, más allá de que uno hizo todo para que sea exitoso, somos médicos, hacemos medicina y sabemos que, a veces, los resultados no son los deseados, más allá de hacer todo lo que corresponde y de la mejor manera en que se debe y puede. Se sintió la colaboración institucional en todas las esferas y se vio, en cada uno de los que trabajamos en este sanatorio, una excelente predisposición. La energía tiene su poder en esto y ayuda bastante: Todos estaban deseando que salga bien.”

Una visita muy especial…
Unos días después del alta, Jorge volvió al Sagrado Corazón a realizarse los controles de rutina post-operación. Allí, en la cafetería del Sanatorio, lo estaba esperando nuestro Secretario General, cro. Armando Cavalieri y Carlos Pérez, Secretario de Asistencia Social, para recibirlo con un fuerte y fraternal abrazo y transmitirle el orgullo que sentían de haber podido realizar esta operación, la primera de este tipo en una obra social sindical y todo lo que esto implicaba. Por supuesto, no faltaron las palabras de agradecimiento de Jorge y la emoción al relatar su historia