Emanuel Chayka y Omar Finollo son parte de la familia de delegados del SEC y comparten a diario su tarea de representar en conjunto a los/as compañeros/as de Avantrip y Servicios de Viajes y Turismo Biblos S.A, dos divisiones de la misma empresa para la venta de paquetes turísticos.
“Ema” transita su primera experiencia en este puesto, mientras que Omar ya obtuvo su primera reelección. Una misma labor, dos experiencias.
Emanuel Chayka: “Siempre inculcamos que hay algo que está ahí detrás, un respaldo que es el gremio”
¿Hace cuánto trabajás en esta empresa?
Dentro de poco voy a cumplir seis años. Cuando arranqué éramos un equipo de 50 o 60 personas, en el edificio de Av. De Mayo, y ahora somos más de 300.
Soy parte de la primera camada de delegados de esta empresa. En “Biblos” está Omar, que tiene seis u ocho meses más de antigüedad, pero trabajamos en conjunto. Avantrip es como la parte más minorista, con venta al público, pero las oficinas son las mismas.
Específicamente, ¿a qué se dedica la empresa?
Venta al público de todo lo que es turismo: vuelos, hoteles, paquetes. “Biblos” también es una empresa de viajes, pero es una venta “empresarial”, por decirlo de alguna manera. Nosotros desde Avantrip nos dirigimos al público en general.
¿Qué funciones desempeñaste antes de convertirte en delegado?
Hace nueve años que trabajo en atención al cliente de turismo. Estuve en varias empresas. Mi rol era bastante amplio. Mi tarea principal era la de legales, en donde tenía contacto directo con los abogados de la empresa en lo que era reclamos. Además, manejaba también lo que eran excepciones que podía llegar a dar la empresa, alguna que otra pérdida que podía surgir y que haya que trabajarla para que tenga el menor daño, y atención al cliente en redes sociales.
También, somos la agencia de viajes del "Banco Galicia", a través del programa "Quiero viajes", y yo tengo el contacto directo con los gerentes de atención al cliente del banco.
En la empresa tienen una política “grupal”: capacitaciones en grupo, que no haya distinciones entre personal jerárquico y empleados, no hay oficinas privadas, espacios en común…¿de dónde surge esto? Vos, en tu rol de empleado, ¿sentís que fortalece el vínculo entre trabajadores/as?
Sí. Está muy bueno porque, por ejemplo, el otro día cambiaron las sillas de la empresa y vos tenés la misma que el Gerente de Recursos Humanos. La comunicación que hay es buenísima, no se endiosa a nadie, sino que somos personas que trabajamos juntos. Las salas, por ejemplo, son reservadas para reuniones, nadie las usa a modo personal. Vos podés venir con un compañero o pasajero y la usas. Mismo son todas vidriadas para que esté todo a la vista. Nada se oculta.
Yendo a tu rol como delegado, ¿en qué momento decidiste inculcar de lleno en este mundo? ¿Qué te motivó?
A mí me gusta mucho lo que es la relación social y grupal. Antes de ser delegado tuve la posibilidad de tener varias reuniones con el Gerente de Recursos Humanos, siendo un empleado más, y nunca tuve miedo de perder mi trabajo. Creo que si uno habla con respeto y exponés un punto de vista para buscarle una vuelta a las cosas, las cosas se pueden ir trabajando. De a poco me fui adentrando en lo que es el sindicalismo.
¿Tenías una concepción previa de lo que significaba ser un delegado?
Mi principal tarea, más allá de lo gremial, es intentar mostrarles a los chicos todos los beneficios que tienen por el sindicato, hacerles llegar esta parte del sindicalismo, sacar el prejuicio sobre el gremialismo. Nuestra forma de trabajo se basa en el diálogo, hablamos con cada uno de los compañeros, vienen y nos sentimos escuchados.
¿Sentís que este prejuicio era la parte negativa del rol de delegado?
Exacto. Mucha gente, al principio, te ve de esa forma, pero son los mismos que ahora se quieren afiliar para retirar pañales.
¿Y cómo se la convence a esa gente?
Mostrándoles. Yo soy la primera camada de delegados y nunca se habían traído pañales a esta empresa. Cada uno los iba a retirar teniendo que hacer un viaje, saliendo de la oficina, y empezamos, con Omar, a traer este beneficio a la empresa. Las mismas compañeras empezaron a ver las bolsas con pañales con el logo del sindicato y nos consultaron. Lo mismo pasó con los útiles escolares. No había nadie que los retire porque no sabían cuándo era, cómo se hacía...y cuando le informamos que eran dos por año, no lo podían creer. Empezamos trayendo uno, después fueron cuatro, seis, y en la próxima serán diez o doce. Parecen pocos, pero antes no había nada.
¿Cómo viviste el proceso previo a las elecciones?
Bastante tranquilo. Omar me ayudó mucho ese día. En ese tiempo no estaba tanto en la oficina, tuve varias operaciones en la vista y, en ese momento, estaba con licencia por una intervención, y Omar se encargó de ir, sector por sector, para que todos se acerquen a la oficina para votar. Antes no habían visto una urna, o un proceso de elección, y todo fue híper ordenado, muy rápido, nadie tardaba más de dos minutos, entonces los primeros que votaron les dieron tranquilidad a los demás.
¿Por qué crees que te eligieron tus compañeros?
Ellos sabían de mis reuniones con la gente de Recursos Humanos en donde planteaba problemas del equipo. Me acuerdo que, en un momento, les había comentado sobre un inconveniente que, cuando sale una oferta, se para la empresa y todos iban a comprar sus vuelos. Entonces pusimos un personal exclusivo para la venta interna de nuestro servicio. Uno siente que lo escuchan cuando pasan estas cosas.
Después, ellos mismos me expresaban sus inquietudes. Nos juntábamos e íbamos trabajando eso. Quería tener una especie de respaldo más con el sindicato y una base para saber cómo hacer las cosas. Por suerte tuve la posibilidad de conocer a Raúl Lerner y al equipo de Mario Migliore que me ayudaron.
Siempre digo que Mario es un libro abierto. Me encantar ir a su oficina en FAECYS y que me cuente de experiencias de otras empresas, de otros delegados, e ir sacando para transformar las cosas y usarlas acá.
¿Cómo es tu relación con el sindicato? ¿Te brindan todas las herramientas para que ejerzas tu rol?
Desde antes de ser delegado, tuve la suerte de conocer a Raúl (Lerner) y, desde un primer momento, me dio todo su apoyo. Cuando había una inquietud le mandaba mensajes a él, me hacía el nexo, y yo les explicaba a los chicos. Siempre me sentí cómodo porque podía charlar las cosas.
Cuando empecé con mi postulación conocí a Mario, que nos inculcó las charlas de conciliación, el consenso y poner todo sobre la mesa para trabajar sobre todos los puntos. Nosotros sentimos que estamos haciendo las cosas bien, siguiendo el camino correcto, alineados con la organización del sindicato.
Movernos dentro del gremio, por suerte, lo podemos hacer tranquilamente, y aprender de muchas cosas con las cosas del día a día: afiliar a un compañero, retirar pañales, pasar por las diferentes secretarías para empaparse de más temas. Tiene que ser algo constante.
A casi dos años de haber sido electo, ¿qué balance haces de tu gestión?
Hago un balance bastante bueno. Cuadruplicamos la cantidad de afiliados. Cuando entré, si había diez eran muchos, y hoy estamos cerca de los cincuenta. Sabemos que nos falta, pero en ningún momento apuramos a nadie a afiliarse, porque los mismos compañeros se van dando cuenta de nuestro trabajo. Ellos mismos nos están buscando a nosotros.
Creemos que hacemos un gran labor social con los beneficios y somos promovedores del gremio. Siempre inculcamos que hay algo que está ahí detrás, un respaldo que es el gremio, que no sólo aparece cuando hay despidos, sino que socialmente está presente.
Hay muchos proyectos que tengo en la cabeza. Tengo que hacerme una operación en la vista que me está trabando, pero le vamos encontrando la vuelta, junto con Omar, para realizarlos.
El 14 de diciembre se cumplen los dos años como delegado...la pregunta que cabe es: ¿Vas por la reelección?
Sin dudas. Quiero seguir con los proyectos. Siento que me devuelven lo que estoy dando, que mi esfuerzo no es en vano, y siendo la respuesta de parte de ellos, cosa que me anima a seguir.
Leonardo Mitchel, Subgerente de Recursos Humanos nos contó esta hermosa anécdota:
“Emanuel tiene un programa de reconocimiento que se llama ‘la milla extra’. Esto está orientado a que, cuando haces un esfuerzo más, cuando sumar algo a todo lo que tenés que hacer cualquier persona puede reconocerlo. Digamos que tenés un compañero que ‘te sacó un pago que era imposible’, dispongo de un stock de millas y se las dono a esa persona que me dio una mano.
Esto hace que algunas personas vayan subiendo en acumulación. Los directores pueden hacer, una vez por año, una asignación de reconocimiento, con una cantidad de millas que se cambian por viajes.
Hay una sola persona en la historia que obtuvo la máxima cantidad y fue Emanuel. La gente lo fue reconociendo durante muchos años. Es muy conocido, muy querido y creo que lo ayudó muchísimo en su rol como delegado”.
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Omar Finollo: “Para ser delegado hay que tener compromiso de ayudar”
¿Cómo fue tu primer acercamiento con el SEC - Capital Federal?
Estaban buscando una persona para que sea delegado. Siempre que venían Leopoldo (Rodríguez) o Raúl (Lerner) veían que tenía un trato fluído con todo el mundo. Al ver eso, y que me llevaba bien con todos, me ofrecieron la posibilidad de ser delegado. Me pareció que podía aportar y colaborar. Al contar con su apoyo, me metí, gané las elecciones y, a partir de ahí, tuve una participación cada vez más activa.
¿Cómo fue esa primera elección? ¿Cómo hiciste para convencer a tus compañeros y que te elijan?
Nosotros tenemos una cartelera que mandé a hacer antes de ser delegado, en donde ponía todas las novedades del sindicato. Ahí puse la convocatoria a elecciones y hablé con los trabajadores dándome a conocer, porque esto era nuevo en la empresa, no había delegado. Expliqué cuál era la función y la necesidad de contar con un delegado.
¿Cómo se vive el proceso previo y el post de una elección?
La idea es conciliar, siempre. Cuando uno tiene alguna necesidad o problema se resuelve. Trabajamos en una empresa que atiende a las cuestiones de sus empleados y siempre van surgiendo algunas mejoras. Esto hace que haya una simbiosis, porque no es una empresa que genere problemas, siempre fuimos muy conciliatorios. Todo esto la gente lo ve, lo contempla y nos ve buscando la posibilidad de que estén mejor. Esto ayuda a la relación con el sindicato y al delegado.
¿Cómo se vive una elección?
Con mucha incertidumbre, porque uno no era del paño, pero con mucha responsabilidad también.
¿Cómo es el día a día con los compañeros? ¿Cuáles son sus problemáticas y cómo se las atiende?
Nosotros tenemos un correo en donde recibimos las distintas inquietudes. Normalmente, son verbales, porque uno va y viene todo el tiempo. Salvo algún caso muy puntual, siempre fue todo muy fluído.
Es muy difícil poner de acuerdo a todo el mundo. Lo último que hicimos fue la sala de lactancia y hay gente que dice: ‘A mí no me sirve porque soy varón’’. Y a mí tampoco, pero tenemos compañeras que sí le van a dar utilidad. A veces, te encontrás con estas mezquindades, pero es cuestión de sobrellevarlas.
En entrevistas con otros delegados, amén del rol laboral, nos hablan de la ayuda que brindan con los temas personales: ¿Se vuelven un poco psicólogos?
Me he enterado de relaciones personales y, a veces, te cuentan sus cosas y pasás a ser un confidente. Una persona no es una máquina y puede tener la cabeza puesta en otro lado. Muchas veces nos tocó ejercer ese rol y tocamos temas que no tienen que ver con lo laboral.
Entre las dos empresas tienen tres delegados, ¿cómo es el trabajo entre los tres?
En Chiclana, el 70 por ciento del personal es de “Avantrip”, mientras que en Av. de Mayo el 100 por ciento es de “Biblos”. La gente de “Biblos” tiene el sindicato a dos cuadras, entonces son de ir más. En Parque Patricios trabajamos los tres juntos en una unión, porque hace que las cosas sean mucho más fáciles.
¿Para esto tienen reuniones en donde tocan los diversos temas? ¿Se organizan para ir a buscar los beneficios?
Normalmente, Emanuel, que es el que estuvo con más tiempo, se encarga más de los temas como útiles y beneficios; yo voy por las cuotas del sindicato y eso. Nos juntamos, charlamos, y vemos cómo podemos mejorar. Siempre estamos en contacto.
Pasaste por tu primera reelección, ¿cómo se convence a los compañeros para que te elijan de nuevo y banquen una gestión?
Ven que uno se preocupa y se ocupa. Esto de ser psicólogo hace que generes una confianza que casi llega a una situación de confidencia tal, que te convertís en un amigo. No hubo que salir a hacer una campaña, te lo reconocen. En el tiempo que nos tocó estar no tuvimos problemas de ningún tipo y eso ayudó para que la reelección se dé naturalmente.
Para finalizar, y al transitar tu segundo mandato…¿qué consejo le dejarías a alguien que está por tener su primera elección o que no sabe si meterse o no?
El compromiso es grande y no es fácil. No es fácil conformar a todo el mundo. Hay que ser pacientes y explicar que tenemos que trabajar como un conjunto, no como individuos separados, porque la unión hace la fuerza. Uno tiene que estar siempre preparado.
Nosotros tenemos la ventaja de estar en una empresa en donde tenemos un trato muy fluído, directo, y la idea siempre es conciliar.
Para ser delegado hay que tener compromiso de ayudar. Sino, dedicate a otra cosa.
El proyecto empezó como una “idea loca” en la cabeza de Omar, pero luego fue pasando el tiempo y logró hacerse realidad: un espacio para que las compañeras en período de lactancia puedan tener un espacio privado para que puedan realizar el proceso de extracción de leche materna.
Omar detectó esta necesidad al ver que sus compañeras debían recurrir a otros espacios, que tal vez no contaban con las comodidades necesarias, y en ese momento, no dudó en presentar el proyecto de armar una sala de lactancia en uno de los espacios que hasta ese momento no estaba siendo utilizado.
¡Felicitaciones por este importante logro!
Comisión Directiva SEC
No existen obstáculos cuando existe voluntad. Emanuel nos enseña con su gran trabajo, que a pesar de las limitaciones que se nos ponen en el camino, las ganas de ayudar y colaborar son más fuerte. Me enorgullece como dirigente contar en nuestro gremio con personas como Omar y Emanuel, que se animan a ser delegados y representantes de sus compañeros, y que con su trabajo en equipo nos demuestran que el diálogo y la concertación son las herramientas principales para conseguir cambios reales en nuestro día a día laboral.